Opinión

El Coronel el puerco, la leyenda viviente de la frontera

Por: Néstor Mateo

Históricamente las fronteras dominicanas y haitianas siempre han sido espacios de grandes confrontaciones, República Dominicana ha luchado por mantener su identidad, su cultura, sus espacios geográficos, ha tenido que enfrentar las embestidas de las naciones hegemónicas que buscan unificar las dos naciones.

En esas luchas heroicas, la nación dominicana se ha valido de importantes y valiosos hombres de armas; oficiales patriotas de nuestro glorioso Ejército Nacional; hombres que no les temblaron las piernas al momento de fusilar al intruso; hombres de un gran sentido nacionalista y patriotismo.
El coronel de los cojones.

El coronel El Puerco, comandó por varios años, en los 90, el batallón de Dajabón, un oficial macana; con solvencia testicular a la hora de aplicar el mando; supervisaba los centinelas él mismo; se vestía de mujer e iba puesto por puesto en un motor a supervisar las acciones de los soldados en la línea; aplicaba la severidad del mando a los civiles como a los militares; era duro con el contrabando; con el tráfico de haitianos ilegales.

Los Poetas haitianos (Coyotes) sabían que El Puerco les arrancaba la cabeza si intentaban cruzar haitianos, ellos mismos decían ¡El coronel el Puerco está en Dajabón! ¡La frontera está cerrada! Ningún guardia se atrevía a cruzar un haitiano, ya que si El Puerto lo sorprendía en esas acciones, podrían ser fusilados. La historia de los cuarteles narra que El Puerco quemó vivo su oficial ayudante porque éste no quiso acatar la orden de ejecutar a un haitiano, el comandante El Puerco tenía un equipo de guardias que hacían el trabajo sucio, la orden era no apresar a los traficantes de haitianos, la orden era ejecutarlos y enterrarlos en el monte.

En el año dos mil un grupo de ganaderos cansados de los robos de reses por parte de los haitianos, solicitaron al gobierno mayor seguridad en la zona fronteriza, a raíz de eso se creó la Operación Vaquera, esta era una unidad compuesta por soldados del J-2 y el G-2, esa unidad de inteligencia militar operaba desde las instalaciones del Puesto la Vigía en Dajabón, la misión era no apresar a nadie, la orden era que los haitianos que fueran sorprendidos robando vacas, fueron eliminados, el cuartel tenía una camioneta, picos y palas listos para la acción. Al tiempo de haberse instalado ese equipito, los robos disminuyeron a su máxima expresión, los parceleros estaban felices y contentos por el trabajo que hacían los soldados.

La Operación Vaquera fue un éxito.

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