La falsa lucha contra la pobreza
Dr. Isaías Ramos
El mensaje del presidente Luis Abinader a la nación este domingo es, sin duda, una bofetada a la inteligencia del pueblo dominicano. Hablar de esperanza, de oportunidades y prometer que la pobreza será reducida al 15% y la pobreza extrema al 1%, sin presentar un plan concreto ni una ruta clara para lograrlo, no es más que un insulto. Es jugar con los sueños y las necesidades más apremiantes de nuestra gente.
¿Cómo puede hablarnos de un futuro promisorio cuando los cimientos económicos del país están en ruinas? Vivimos bajo un modelo económico que no solo es inconstitucional, sino también insostenible: uno que enriquece a unos pocos mientras explota a las mayorías. Sectores como el turismo y las zonas francas, ensalzados por el presidente, perpetúan la pobreza. Sus bajos sueldos condenan a miles de trabajadores a la miseria, mientras que los beneficios fiscales y el capital que generan son expatriados, dejando a nuestra tierra sin recursos para construir un futuro digno.
Es fundamental entender cómo se clasifican los estratos sociales en este país, porque detrás de cada categoría hay historias de lucha, frustración y esperanza truncada.
¿Qué significa vivir en pobreza extrema?
Si sus ingresos apenas alcanzan para cubrir lo mínimo necesario y vive con inseguridad alimentaria, donde cada peso cuenta, usted está atrapado en la pobreza extrema. Aquí se encuentran personas que, a pesar de su esfuerzo diario, no logran superar las adversidades. Tal vez hasta dependa de programas asistenciales o clientelistas para sobrevivir, pero estos recursos son paupérrimos y muy limitados. La vulnerabilidad social marca su vida, y la sensación de estar atrapado en un ciclo interminable de miseria lo acompaña constantemente.
¿Qué implica vivir en pobreza?
Si sus ingresos le permiten cubrir lo básico, pero nunca hay margen para mejorar su calidad de vida o ahorrar para el futuro, usted forma parte del amplio grupo que vive en pobreza. Este grupo incluye trabajadores informales o mal remunerados que luchan por salir adelante mientras enfrentan exclusión social, barreras educativas y servicios básicos deficientes. Aunque trabajan arduamente, no logran superar las limitaciones estructurales que los mantienen en la precariedad.
¿Qué caracteriza a la clase media?
La clase media, por su parte, está compuesta por individuos y familias cuyos ingresos les permiten vivir con un poco más de comodidad. Tienen acceso a bienes y servicios básicos e incluso pueden permitirse ciertos lujos ocasionales. Sin embargo, su realidad no está exenta de problemas. Deben lidiar con el constante aumento del costo de vida, la falta de estabilidad económica y la posibilidad de que una crisis financiera los devuelva a la pobreza.
El vacío de las promesas
Reducir la pobreza no es un juego de discursos ni de promesas vacías. Si el presidente Abinader hablara en serio, habría presentado un plan sólido y realista. Habría mencionado cómo reformar un sistema energético corrupto y obsoleto, o cómo transformar el modelo laboral en sectores como turismo y zonas francas para que dejen de ser herramientas de explotación. Habría propuesto una educación integral que forme ciudadanos con principios y valores, capaces de construir una República Dominicana más justa y equitativa.
Pero no lo hizo. En su lugar, optó por palabras vacías, apelando a una confianza y esperanza que no llenan estómagos vacíos ni pagan las facturas de las familias dominicanas.
¡Despierta, República Dominicana!
En el Frente Cívico y Social entendemos que el pueblo dominicano no necesita discursos, necesita acciones. No necesita promesas, sino soluciones reales. Es hora de exigir políticas públicas que enfrenten las verdaderas causas de la pobreza. Es hora de dejar de creer en sueños construidos sobre cimientos de arena.
Es momento de luchar por el cambio que necesitamos, por un país que realmente priorice a su gente sobre los intereses de unos pocos.
¡Despierta, RD!