Tecnología

La inteligencia artificial, un desafío lingüístico: su sesgo anglocéntrico pone en riesgo al español y al portugués

La rápida expansión de la inteligencia artificial (IA) está transformando el modo en que se comunican personas y empresas en todo el mundo. Sin embargo, diversos expertos advierten que esta revolución tecnológica tiene un marcado sesgo anglocéntrico, lo que plantea un reto significativo para los idiomas como el español y el portugués, hablados por más de 800 millones de personas en conjunto.

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Gran parte de los modelos de IA más utilizados como los generadores de texto, traductores automáticos y asistentes virtuales han sido entrenados principalmente con datos en inglés, lo que provoca una desventaja para las lenguas iberorrománicas. Según lingüistas y desarrolladores, esto se traduce en respuestas menos precisas, errores contextuales y una menor representación cultural de los países hispano y lusoparlantes.

“Las inteligencias artificiales entienden mejor el mundo anglosajón porque han sido alimentadas con sus textos, sus referencias y su manera de pensar”, explica María González, investigadora en lingüística computacional del Instituto Cervantes. “Eso significa que, cuando generan contenido en español o portugués, muchas veces traducen estructuras del inglés en lugar de producir lenguaje natural”.

El problema no es solo técnico, sino también cultural y económico. Al dominar el inglés en el ámbito digital, los países de habla hispana y portuguesa enfrentan el riesgo de quedar rezagados en innovación, dado que las herramientas más avanzadas son menos efectivas en sus lenguas. Además, se genera una dependencia tecnológica de sistemas diseñados fuera del contexto latino o ibérico, donde las expresiones locales, los modismos y las variantes regionales apenas son reconocidos.

Empresas e instituciones de ambos lados del Atlántico están comenzando a responder a este desafío. En España y América Latina, proyectos como IA·Hispana o BLOOM buscan desarrollar modelos multilingües con un enfoque más inclusivo, entrenados con corpus amplios en español y portugués. En Brasil, iniciativas impulsadas por universidades y el gobierno federal intentan fortalecer el ecosistema de IA en lengua portuguesa, con el objetivo de reducir la brecha lingüística frente al inglés.

No obstante, los expertos insisten en que se requiere una mayor inversión pública y privada para consolidar un modelo de inteligencia artificial verdaderamente plurilingüe. “No se trata solo de traducir bien, sino de pensar desde otras lenguas”, sostiene González. “Si la IA va a ser una herramienta global, también debe reflejar la diversidad cultural y lingüística del mundo”.

Mientras el inglés continúa siendo la lengua dominante del entorno digital, el futuro del español y el portugués en la inteligencia artificial dependerá de la capacidad de sus comunidades para reclamar su espacio en el nuevo orden tecnológico. De lo contrario, la revolución de la IA podría consolidar un universo donde solo una lengua y una forma de pensar marque el ritmo del progreso.